Interesante
Juegos Olímpicos y Súper Hombres.Existía una serial de televisión llamada "El Hombre Biónico", donde por medio de la ayuda de los avances médicos y la tecnología, un ser humano común y corriente se transformaba de la noche a la mañana en un súper hombre...tal historia fruto de la mente febril de imaginación de escritores de décadas pasadas, hoy es posible.
No quiero decir con lo anterior que veamos a verdaderos
súper hombres hacer maravillas fuera de nuestro alcance o comprensión, pero si podremos verlos corriendo más rápido, con fuerzas capaz de levantar pesas como si fueran plumas, además de ello podremos verlos con una energía en que el cansancio no estará en la lista del día.
Eso para mí es trampa, porque para lograr esos milagros se cuenta hoy en día con un arma novedosa y sorprendente:
El Dopaje Genético.
El hacer trampa esta en el alma del ser humano, es que el camino fácil es muy tentador, quien alguna vez en su vida no utilizo alguna ayuda memoria prohibida en una prueba ya sea en el colegio, la universidad, instituto, etc...
Creo que todos o casi todos hemos hecho trampa alguna vez, y eso no esta mal, siempre y cuando el bien individual que se persigue no logre hacer un mal mayor a otros, allí esta la clave del instinto de alcanzar una ventaja determinada por medios algo oscuros, todo vale, siempre y cuando la falta no sea muy grave, y sus efectos negativos demasiados dañinos para los demás.
Todo lo anterior pasa también en los deportes, siendo una actividad humana, es lógico comprobar que las artimañas de nuestra especie también afecten a tan noble disciplina, especialmente a los
Juegos Olímpicos que se disputan cada 4 años.
La cumbre máxima de los juegos deportivos aquella que es capaz de aglutinar en pocos días la mayor cantidad de deportes practicados por las personas, posee su talón de Aquiles: El doping, pero ahora la cosa se puso seria, porque llego lo que se considera podría ser una fuente inagotable de hechos reñidos con la moral como es el Doping Genético.
La lucha contra el doping es total en los juegos Olímpicos, por ello mas de 2.000 controles anti-doping se realizarán en los
Juegos Olímpicos de Invierno que se desarrollan en Vancouver, Canadá, para detectar si los deportistas han consumido sustancias prohibidas como hormonas de crecimiento o anabólicos para mejorar su rendimiento. Sin embargo la verdadera amenaza ya acecha toda competencia deportiva con el nuevo e irreverente: Dopaje genético.
La terapia génica, cuyo desarrollo ha sido guiado por la búsqueda de tratamientos para enfermedades, es la última tentación para deportistas y entrenadores de elite que buscan lograr registros que un organismo normal sería incapaz de alcanzar sin una "ayuda extra".
Este dopaje genético ya tiene rostros y se conocen como el factor de crecimiento insuliníco tipo I o IGF-I. Se trata de una proteína -activada por un gen- que estimula el crecimiento y la división de las células y controla el consumo de insulina. Si bien ayuda a tratar la diabetes y distrofias musculares, también promueve el crecimiento y el mejor funcionamiento de los músculos.
Otro tanto ocurre con el gen EPO que regula la producción de eritropoyetina, una hormona que incrementa la producción de glóbulos rojos, encargados de transportar el oxígeno a los músculos, lo que mejoraría la resistencia física, condición fundamental para el éxito de los atletas.
Otra molécula que está en la mira es la PPAR-D, que regula el funcionamiento de los genes involucrados en el metabolismo de los lípidos y el uso eficiente de la energía. Estudios en ratones sometidos a terapia génica mostraron que la sobreabundancia de esta sustancia mejora la resistencia del organismo durante el ejercicio físico.
No todo camino fácil esta exento de nubarrones, y el dopaje genético los tiene y de la peor calaña, pues pese a las mejoras en los músculos, la resistencia y el uso de la energía que han mostrado estas terapias génicas, su uso reviste serios riesgos para los atletas sanos. Estos tratamientos se encuentran aún en pañales y faltan pruebas que confirmen que su uso es seguro para el hombre.
Ejemplo de esto es la terapia génica utilizada en 2003 en Francia para curar a niños que padecían una inusual enfermedad inmunológica. Si bien el tratamiento logró corregir este defecto, les provocó leucemia.
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